Las visitas al museo de La Casa Historica o como es llamada por muchos ''La Casita de Tucumán'', tienen algo especial, no por el simple hecho de que se trate de uno de los escenarios mas importantes para la historia Argentina, sino que, porque luego de abarcar tantos hechos que de alguna manera u otra marcaron nuestra identidad como argentinos, el ambiente de estas salas y patios esta colmada de un aire diferente, un aire de independencia, de libertad o tal vez solo de orgullo y felicidad por todo lo que nuestros antecesores lograron gracias a sus inalcanzables luchas, colmada de sonidos que se nos revelan paz y a la vez intriga por descubrir cada detalle de aquellos dias tan distintos a los de hoy, sonidos que plasman la calma y serenidad que solo se obtiene luego de alcanzar las metas, los anhelos, aquel objetivo claro que estuvo en el corazon de cada argentino en cada grito, suspiro, y lagrima derramada durante interminables batallas...Es asi como para muchos se aprecia este lugar anque para muchos solo sea un lugar turistico, para muchos de nosotros es Nuestro Lugar, Nuestra Identidad, Nuestro Orgullo...
La Casa Histórica de la Independencia fue sede del congreso que se reunió el 9 de julio de 1816 para declarar que la Argentina iniciaría su camino como nación. Hoy funciona como museo; está a apenas una cuadra de la Catedral, sobre la calle Congreso, que fue peatonalizada en ese tramo para conservar mejor este Monumento Histórico Nacional.
La ciudad de S.M de Tucumán no siempre estuvo en su presente suelo. Antes estaba en Ibatín (40 Km. más al sur) y desde allí fue trasladada, en 1685, a su territorio actual.
Hacia fines del siglo XVIII, una de las primeras viviendas que se levantó en el nuevo lugar fue la que hoy conocemos como "Casa de Tucumán". En aquél entonces, esta vivienda era, según el arquitecto Mario J. Buschiazzo, "una típica casona colonial de 35 varas de frente por media manzana de fondo (30 metros), con patio principal; segundo patio y huerta. Dos amplios locales, presumiblemente de comercio, y otro más pequeño de portería, ocupaban el frente. El primer patio estaba encuadrado por las habitaciones privadas, con galería solamente en el costado opuesto a la entrada, precisamente donde luego se efectuarían las reuniones. Esa ala con galería separaba el patio principal del segundo patio y estaba constituida por cuatro locales, uno de ellos más grandes que los restantes, probablemente el comedor. En el segundo patio sólo había dos habitaciones, probablemente de servicio, y un pozo de brocal.
Contigua al comedor había otra habitación más pequeña, que oficialmente servía de comedor. Separados ambos locales por un simple tabique, que fue demolido para dar mayor amplitud a la que iba a ser la sala de deliberaciones, que alcanzó a tener 15,40 mts. por 5,40.
Debido a su pésimo estado de conservación, la casa fue casi completamente demolida en 1903 salvaguardándose el Salón de la Jura de la Independencia el cual quedó cubierto por un templete de hierro y vidrio estilo Art Nouveau.
En 1941 se la reconstruyó totalmente al detalle (incluso usando los mismos tipos de ladrillos, tejas y baldosas) basándose en fotografías y documentos existentes. La dirección de la obra de reconstrucción estuvo a cargo del arquitecto Mario J. Buzchiazzo. Ese mismo año fue declarada Monumento Histórico Nacional.
Uno de los pocos añadidos que se hicieron fue el coolocar esculturas alusivas a la Declaración de independencia de la Argentina en el patio posterior, realizadas por Lola Mora.
Actualmente esta casa funciona como museo y es centro tradicional de los festejos por la independencia.
El Museo
La Casa cuenta con 9 salas en su Museo, éstas exhiben gran cantidad de elementos de la época colonial como ser armas, documentos, muebles, objetos de la Independencia Nacional, platería criolla. Hemos disfrutado mucho visitando las salas, son inquietantes las pinturas que allí se exhiben y los elementos recuperados de la casa en el momento de su demolición (hay ladrillos originales, llaves, clavos y elementos de utilidad doméstica). Por supuesto, emociona el imponente candil, que estuvo presente en la mesa al firmarse el acta de la Independencia.El Museo también cuenta con un laboratorio de restauración donde se realizan trabajos de recuperación del patrimonio, sobre todo pictórico.
Los patios y jardines
Apenas cruzado el acceso a la casa se encuentra el primer patio, en el cual se aprecian las puertas y ventanas de los antiguos aposentos (hoy salas , biblioteca y oficinas), y hacia el final las ventanas y puerta del Salón de la Jura.
En el segundo patio, llamado "del Aljibe", numerosos árboles de la región : Lapacho, Ceibo, Algarrobo, Estrella Federal, naranjos y otros árboles frutales.
El tercer patio, también con jardines y galerías, está destinado a las placas de homenajes, centenarias la mayoría. En el último sector del tercer patio, se encuentra el mástil con la bandera y hacia los costados los famosos sobrerre]lives de Lola Mora.
Muy Bien
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